Té verde Kabusecha Asanoka "Sincha" Bio

Cada primavera en Japón trae consigo un milagro: el primer brote de las hojas de té, jóvenes, vibrantes, cargadas de vida. Nuestro Kabusecha Asanoka Sincha 2025 es precisamente eso: el reflejo puro y concentrado de ese renacer estacional. Una edición limitada, delicadamente cultivada en las históricas plantaciones de Shutaro Hayashi, en la región volcánica de Kirishima, que concentra siglos de sabiduría y tradición familiar en cada hebra.

Este té es un Kabusecha, una variedad especial que crece protegida del sol entre un 60 y un 65% durante las últimas semanas antes de la cosecha. Este método híbrido –entre la exposición solar del Sencha y el sombreado intenso del Gyokuro– da como resultado un perfil sensorial absolutamente equilibrado: un dulzor delicado, una riqueza de umami sedosa, y esa frescura vegetal que solo los tés primaverales poseen.

El cultivar Asanoka, conocido por su carácter suave y dulce, aporta una dimensión afrutada inesperada, casi etérea. Al abrir el paquete, las hojas secas –finas, brillantes, de un verde intenso– revelan una fragancia dulce, vegetal, ligeramente marina. Pero es en la taza donde este té despliega toda su poesía: notas dulces, carnosas, con un fondo persistente y elegante que recuerda a frutas verdes, espinaca tierna y un delicado umami que acaricia el paladar sin saturarlo.

Este Sincha (新茶), literalmente "té nuevo", es una joya efímera. Elaborado solo una vez al año con los primeros brotes, representa la expresión más pura del té verde japonés. No solo por su sabor, sino también por la filosofía que encierra: la contemplación de lo fugaz, la celebración del presente.

Shutaro Hayashi, maestro de quinta generación, considera este té uno de sus mayores orgullos. Y no es para menos. Su dedicación se refleja en cada aspecto del proceso: desde el cultivo sin pesticidas hasta el refinado meticuloso de las hojas. Poder ofrecer esta pieza de colección es, para nosotros, un privilegio y una responsabilidad.

Disfrutar este Kabusecha no es solo beber té. Es detener el tiempo unos minutos, viajar con los sentidos a una ladera japonesa en primavera, y formar parte –aunque sea por un sorbo– de una tradición milenaria que aún vive y florece.

Producido con mimo en pequeñas plantaciones, para un té de calidad y sabor excepcionales