Sumérgete en una categoría de tés que rompen con lo convencional. Los tés ahumados y tostados ofrecen notas profundas, misteriosas y atrevidas que transforman cada taza en una aventura. Desde las hebras que evocan el aroma de la madera hasta esos matices intensos que sorprenden al paladar, cada sorbo despierta una sensación diferente.
Son tés especiales, divertidos, pensados para quienes buscan algo más, algo que los invite a descubrir nuevos sabores y a experimentar el té de una manera inesperada. ¿Te atreves a probarlos?
Los tés ahumados y tostados se elaboran siguiendo métodos tradicionales que han sido perfeccionados a lo largo de generaciones. Estos procesos transforman las hojas de té en una experiencia sensorial única, aportando complejidad y profundidad a cada taza.
El ahumado clásico, originario de China, se lleva a cabo en su mayoría con maderas naturales como el pino, que impregnan las hojas de té con un aroma y sabor ahumado distintivo. Uno de los ejemplos más conocidos es el Lapsang Souchong, un té negro que se seca sobre fogatas de madera de pino, lo que le confiere ese sabor robusto y ahumado que es a la vez intrigante y acogedor. Este método, además de conservar las hojas, otorga una intensidad que se refleja en cada sorbo, envolviendo el paladar en capas de sabores terrosos y ahumados.
En otros casos como los Oolong de Wuyi, este proceso se hace con carbón en los últimos estadios de elaboración, otorgando a estas hebras de un caracter mineral único y realmente adictivo.
Por otro lado, el tostado clásico se utiliza sobre todo en tés como el Houjicha, originario de Japón. Este proceso consiste en tostar las hojas de té verde a altas temperaturas, lo que reduce su contenido de cafeína y produce un perfil de sabor más suave, con notas tostadas y cálidas, casi como frutos secos o cacao. Este proceso no solo transforma el sabor, sino que también modifica el carácter del té, haciéndolo más accesible y perfecto para disfrutarlo a cualquier hora del día, incluso en la noche.
El carácter robusto y profundo de los tés ahumados y tostados permite que casen a la perfección con una gran variedad de alimentos. Aquí te proponemos algunas combinaciones que realzarán cada taza:
Carnes Ahumadas o a la Parrilla: El té ahumado acompaña de manera excepcional a platos como costillas, chuletas o carnes curadas, potenciando esos matices ahumados y creando una experiencia armónica.
Quesos Curados: El contraste entre un té ahumado y la intensidad de quesos curados como el gouda, el manchego o incluso un queso azul crea una combinación que se entrelaza con el sabor salino y cremoso de los quesos.
Chocolates oscuros y cremas: Para los paladares golosos, el té ahumado combina maravillosamente con chocolates con alto contenido de cacao. La riqueza del chocolate realza los tonos ahumados del té, creando una fusión de sabores envolventes. También es ideal para disfrutar con cremas como natillas o cremas de vainilla, donde el té aporta un contraste sofisticado.
Frutos secos y nueces: Los tés tostados, como el Houjicha, maridan a la perfección con nueces, almendras o avellanas, intensificando esas notas tostadas en ambos productos y ofreciendo una experiencia cálida y reconfortante.
Postres a base de caramelo o toffee: Los matices dulces y ahumados se complementan increíblemente bien en postres con base de caramelo o toffee. La suavidad del té ayuda a equilibrar los sabores intensos y dulces de estos postres.
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